Criquette Head, la reina de la República

Fuente: John Gilmore / Thoroughbredracing

Que no os engañen, Francia no es una República. Desde hace generaciones los Head gobiernan con maestría el país vecino. Criquette Head, ganadora de más de 80 Grupos 1 en seis países diferentes y primera mujer en alzarse con el Arco del Triunfo, es la actual monarca de la saga.

Tener mucha púrpura en el árbol genealógico puede ser una bendición o, también, una maldición. Aunque la genética es siempre una buena carta de presentación, los nombres y apellidos pesan. Y mucho. No son pocos los corredores que salen a pista con el plomo de sus padres o abuelos sobre el lomo. Mejorar o, al menos, igualar el currículum de sus antecesores es lo mínimo que se espera de estos purasangres. Y, desgraciadamente, muchos humanos también sufren de esta maldición.

Porque no sólo de sagas equinas vive el mundo del turf. Un nada desdeñable número de entrenadores y jockeys lucen con orgullo apellidos que se vinculan al mundo de las carreras desde hace generaciones. Y, entre ellos, brilla con luz propia el de los Head.

Presentes en esto del turf desde el siglo XIX, los Head son una de las sagas más ganadoras y longevas del país vecino. No en vano, suman ya cinco generaciones de entrenadores y jockeys de élite.

Con estos mimbres podría pensarse que es fácil hacer un buen cesto. A no ser que el cesto te salga niña y nazca en la década de los 40. Así, Criquette, hija del laureado entrenador Alec Head, nieta del jockey y entrenador William Head o hermana del seis veces ganador de la estadística de jockeys Freddy Head, venía al mundo en el difícil año de 1948.

Cuatro generaciones de los Head: Criquette (izquierda) con Patricia, su padre Alec y su abuelo William. En frente de ellos y vestido de jockey, su hermano Freddy | Fuente: Trainer Magazine

Criquette, orgullosa de sus genes, pronto empezaría a montar ponis. Pero su padre, el entrenador y criador Alec, tenía otros planes para ella. Y no podemos culpar al bueno de Alec. En aquella época no existían ni entrenadoras ni jocketas. Y, desgraciadamente, Criquette fue enviada a un internado en Reino Unido para perfeccionar su inglés. Pero la benjamina de la saga no tenía mucho interés en eso de los estudios y escondía las revistas y periódicos hípicos entre sus libros de texto.

En 1968, ya graduada, se mudaría a España, donde permanecería durante ocho años. Gracias a estas estancias, Criquette se desenvuelve perfectamente tanto en su francés materno como en inglés o español.

De vuelta en Francia y ya en 1978, la joven Head decide contravenir los deseos paternos y, tras sacarse una de las primeras licencias de entrenadora del país, empieza a trabajar como asistente de su padre. Lo que no es moco de pavo. Alec Head no sólo era uno de los entrenadores más exitosos del país sino que, además, gestionaba, junto a su familia, la prestigiosa yeguada Haras du Quesnay.

Así, el apellido Head, unido a su rol como mujer pionera en el turf, puso las cosas difíciles a Criquette. Como la misma entrenadora reconoció posteriormente, durante sus primeros años no fueron pocos quienes defendían que, aunque matriculase en su nombre, el verdadero preparador era su padre.

Y, quizá, los haters no estaban faltos de argumentos. Porque los números de Criquette no eran propios de una principiante. En 1979, sólo un año después de obtener su licencia, ganaba el Arco del Triunfo con “Three Troikas”. El hito fue mayúsculo, rompiendo varios récords de un solo plumazo. Para empezar, Criquette fue la primera mujer entrenadora que se hacía con la carrera más importante del país. Además, el caballo fue montado por Freddy Head, su hermano. Y, por si fuera poco, “Three Troikas” era un ejemplar propiedad de su madre y criado por la familia en Haras du Quesnay.

“Three Troikas” venciendo en el Arco de 1979. Caballo entrenado por Criquette Head, propiedad de su madre y montado por su hermano | Fuente: The Owner Breeder

Siete años más tarde, en 1986, Head volvía a hacer historia al convertirse en la primera mujer en ganar la estadística gala. Y, desde entonces, vinieron más de 80 Grupos 1 en seis países diferentes (Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Singapur, Alemania y Canadá) En sus vitrinas lucen las copas de las 1000 Guineas inglesas, el Champion Stakes, la July Cup, el Ópera (ganado en 5 ocasiones) el Criterium de Saint Cloud (4 victorias), la Poule de potras francesas (con siete ganadoras) la poule de potros francesa, el Diane (en 5 ocasiones) el La Foret (también con 5 ganadores) el Jockey Club…

Aunque, probablemente, los trofeos más queridos y valorados por la francesa sean los tres Arcos del Triunfo. El primero, en 1979 por el ya mencionado “Three Troikas”. Y, posteriormente, el histórico doblete de la campeona “Treve” (2013 y 2014), uno de los ocho caballos que ha conseguido hacerse con dos Arcos, y la primera corredora en hacerlo en el siglo XXI. La hija de “Motivator” nació, por cierto, también en Haras du Quesnay. Curiosamente, “Treve” comenzó a competir con los colores familiares pues, tras salir a subasta y no gustar en exceso a los compradores, fue recomprada por los propios Head por 22.000€. Posteriormente, la todopoderosa familia Al Thani pagaría ocho millones por ella.

Los números de Head son todavía más impresionantes si tenemos en cuenta que, hasta en dos ocasiones tuvo que dejar de lado su carrera profesional al ser diagnosticada con dos enfermedades mortales. En 1990 desarrolló un tumor cerebral. En palabras de sus médicos, tenía un 50% de posibilidades de sobrevivir. Una moneda al aire. Que, afortunadamente, salió cara.

Y, posteriormente, en 2005 volvía a verle la cara al cáncer. Aunque Head tuvo que bajar su rendimiento mientras duraron ambos tratamientos, nunca dejó de trabajar ni se alejó de los caballos. Y es que, en palabras de la entrenadora “los caballos fueron mi verdadera cura.”

Finalmente, en 2018, y tras cuarenta años de carrera profesional, Criquette Head decidió retirarse y establecerse en las Bahamas para cuidar de su madre. Lo hizo junto a su yate “Treve”.

“Treve” y su segundo Arco | Fuente: Hourse&Hound

Pero su jubilación no le impidió seguir aportando al turf. Así, desde hace años, dirige un lobby encargado de negociar y reunirse con los políticos para transmitirles los problemas y particularidades del sector ecuestre. Y Head ha seguido dando entrevistas y aportando luz y conocimientos a otros profesionales. Por ejemplo, en 2019 se lamentaba de la deriva que estaba tomando el negocio del turf porque “antes había más paciencia. Había propietarios-criadores. Había paciencia para criar más caballos de media-larga distancia en Francia, que es por lo que siempre ha sido famoso el país”.

El negocio se ha vuelto más comercial, como en el resto de países” continuaba lamentándose la veterana entrenadora. “Estamos criando más y más caballos de entre 1.000 y 1.600 metros con dueños que buscan un rápido retorno de la inversión, corriendo a dos años.

Pero, si los presionas demasiado pronto, pueden aparecer lesiones, crear problemas por falta de entrenamiento e, incluso, defectos en la cría a largo plazo.

Poco más que añadir. Larga vida a la reina.

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