Ellas son las grandes olvidadas de la cría. Los duendecillos que, mientras el sastre duerme, remiendan el traje. Su papel es fundamental. Suponen el 50% del éxito de cualquier caballo de carreras. Y, en un mundo tan globalizado, donde es muy fácil acceder a los mejores sementales sea cual fuere su ubicación, ellas suponen la diferencia entre criar un caballo del montón o un crack. Hablamos, sin dudarlo, de las yeguas madre.
“Miss Gran Canaria”, genética de oro
La ex corredora de Blas Rama se postula, pese a su juventud, al título de mejor yegua de cría del panorama nacional. Los triunfos de sus tres vástagos (“El Guanche”, “Girón” y “Maracay”) son su mejor carta de presentación.
