
El hijo de «Diktat», con 15 victorias y casi 500.000 euros en premios, dice adiós a las pistas. El Haras des Fontaines, en Tarbes, es su nueva casa. Desde esta yeguada ejercerá de semental.
«Totxo» nació un 14 de febrero de 2008. Es un hijo de «Diktat» y «Mehany», una yegua por «Danehill». Pese a ser asimilado francés (y nacido en Irlanda), toda su vida ha estado vinculado a nuestro país y, más concretamente, a la familia Avial.
Siendo tan solo un yearling, en la subasta de Arqana del año 2009, la familia Avial, junto a otro socio, deciden adquirir al hijo de «Diktat». En estos primeros años y hasta el 2013, «Totxo» compite bajo los colores de la cuadra Carambola.
A 2 años corre 6 carreras en Francia y, aunque no consigue alzarse con la victoria en ninguna de ellas, sí es capaz de colarse en el dinero en todas sus salidas a pista.
Su temporada a 3 años comienza en el invierno de Pau de la mejor manera posible: saliendo de maiden. Tras esta carrera vienen otras 10 más. En total, 3 victorias y 9 colocaciones en 11 salidas a pista.

En 2012, ya con 4 años, su temporada vuelve a empezar en Pau con una victoria. Durante esa temporada, «Totxo» consigue cuatro triunfos y, por primera vez, corre en España (y ganando).
Un año más tarde, en 2013, «Totxo» pasa a ser propiedad exclusiva de la familia Avial y cambia de chaquetilla: ahora el campeón lucirá la casaca azul con la estrella amarilla de la cuadra Rober.
Desde ese lejano año 2013 y hasta el pasado 2017, «Totxo» ha dado a los Avial 7 victorias más y 35 colocaciones.
Los números del pupilo de Avial son, simplemente, espectaculares: 7 años en activo, 108 carreras, 15 victorias (13,89%), 56 colocaciones (51,85%) y casi 500.000 euros en premios. «Totxo» ha conseguido ganar en 5 hipódromos distintos de España y Francia. Además, ha sido segundo (2012 y 2014) y tercero (2017) del Gobierno Vasco, segundo del Antonio Blasco (2015) cuarto del Carudel (2016) y del Hispanidad (2016). Entre otros, ha batido a caballos como «Noozhoh Canarias», «Presidency», «Electra Voice»…

Pero, como nos cuenta Rosa Sánchez, propietaria de «Totxo», los años no perdonan. El hijo de «Diktat» empezó a presentar problemas reumáticos y la familia Avial, su familia, pensó en una retirada.
Tras su jubilación como deportista, había que buscarle una nueva vida a «Totxo» y los Avial encontraron la solución: el Haras des Fontaines, en Tarbes. Un lugar privilegiado, en Francia, desde donde empezar esta nueva vida como semental.
Pese a que no han pasado ni 15 días de su retirada, a «Totxo» ya le han salido «novias». Entre otras, cubrirá a la ex-corredora «Lady Ionela» («Turtle Bowl» y «Magdala» x «Hawk Wing»), ganadora de 3 carreras y retirada en el año 2016. Además, el yegüero del Haras está trabajando en ello y es posible que nuestro campeón encuentre más pretendientas. Como admite Rosa Sánchez, su capa (negra) es un gran atractivo que puede atraer a muchos criadores.
Personalmente, tengo que admitir que «Totxo» ha sido, y será, mi debilidad. Él ha sido, muy probablemente, mi caballo predilecto. He ido hasta Lasarte sólo por verle correr. He seguido cada una de sus carreras y, siempre (siempre, siempre, siempre) «Totxo» reconocía mi afición cumpliendo.

Afortunadamente, no me siento «sola» en esta religión que podíamos bautizar como «Totxismo». Los aficionados al turf (y, muy especialmente, los aficionados de Lasarte) profesan un cariño y admiración por este auténtico guerrero. Sin ir más lejos, en el año 2017, el hipódromo de Lasarte creó el premio «Totxo Txapeldun». Y, tan sólo un año antes, y con motivo del centenario del hipódromo, Lasarte dedicó un hueco de su exposición a «Totxo».
Y es que «Totxo» es todo corazón. Es un caballo que crea afición (y religión). Un campeón en todos los sentidos: un verdadero deportista que se deja todo en cada salida. «Totxo» es un caballo que ha batido a colocados de Grupo, a los «gallitos» del hipódromo, que se deja media carrera en los cajones pero que, de finales, viene como un auténtico obús. Uno no puede ser aficionado a las carreras de caballos y no profesar un amor verdadero, sincero (y, encima, correspondido) por este caballo.
La espera va a ser larga. Si todo va bien, en el año 2022, podremos ver a los primeros hijos de «Totxo» en la pista. Estos futuros potrillos tendrán el peso y el honor de seguir extendiendo el «totxismo» entre los aficionados.