
- Los caballos tordos son una “rara avis” dentro del PSI: en 2011 en Reino Unido, sólo representaban al 2,8% de la cabaña
- Su color llama la atención de los aficionados. Tal es así que en Reino Unido y Australia tienen carreras reservadas sólo para ellos.
El “leitmotiv” de las carreras de caballos es la funcionalidad. Cualquier criador de PSI centra su producción en encontrar al próximo crack, al caballo que gane más y mejores carreras. Al contrario que en otras razas, donde existen concursos morfológicos, aquí la apariencia del caballo no es relevante: la belleza, capa o alzada quedan en un segundo plano.
Sin embargo, muchas veces en el paddock, nuestros ojos se van detrás de algún ejemplar que destaca por su belleza y, pronto, se convierte en nuestro favorito. Los caballos más grandes, con manchas curiosas o una morfología perfecta suelen encandilar a muchos aficionados, aunque sobre el papel no sean los favoritos para pasar primeros el poste de meta. Dentro de este grupo selecto de “guapos oficiales” los caballos tordos ocupan un destacado lugar.
No en vano, la capa torda es una verdadera rareza en el mundo de los PSI. Según el General Stud Book, en 2011 en Reino Unido, sólo el 2,8% de los caballos lucían este color. Pese a ello, algunos de los grandes corredores han sido tordos. Por ejemplo, en Estados Unidos, “Native Dancer” (años 50) fue nombrado, hasta en dos ocasiones, Horse of the Year. Mismo título que obtuvieron otros tordos como “Spectacular Bid” (1980), “Lady’s Secret” (1986 y una de las más célebres hijas de “Secretariat”) o “Skip Away” (1998). Y ya en el siglo XXI, hemos podido disfrutar de tordos como “Arrogate” o “The Grey Gatsby”.
Y los tordos no sólo corren, sino que también saltan. “Desert Orchid” es uno de los PSI de vallas más laureados de todos los tiempos: ganador en cuatro ocasiones del King George IV, cuenta con una estatua en Kempton.
Alistair Haggins reconoce que, muchos nuevos aficionados, deciden apostar por un caballo tordo, impresionados por su color. Conocedores de esta realidad, los australianos, en 1996, decidieron reservar una carrera a los caballos tordos. En noviembre, y dentro del meeting de la Melbourne Cup Carnival, se corre la “Grey’s Plate” en el hipódromo de Flemmington; un hándicap sobre 1400m donde se reparten 120.000 dólares australianos (algo más de 75.000 euros). “Tribal Wisdom” consiguió hacerse con la victoria en 2017.
Debido a la gran popularidad de la carrera, entre 2013 y 2015, los caballos tordos australianos pudieron competir en el “Subzero Challenge”, programa compuesto por tres carreras y reservada a ejemplares de esta capa, que homenajeaba a uno de los caballos tordos más populares del país, el gran “Subzero”. La ruta comenzaba en Caulfield, en una carrera sobre 1400m. Posteriormente, en las pistas de Moonee Valley se corría una prueba sobre 1500m y la copa finalizaba en el ya comentado “Grey’s Plate”. Este Challenge repartía 280.000 dólares australianos en premios (más de 175.000 euros), con un bonus especial de 10.000 dólares australianos para el entrenador que acumulase más puntos.
Volviendo a Europa, en 2003, el inglés Peter Jensen decide trasladar esta idea a las islas y se disputa la primera edición del “Grey Horse Handicap”, prueba reservada para caballos tordos de 3 años y más, a disputarse sobre 1200m en la pista de Newmarket. La cita se ha ido consolidando con los años y, de las 10.000 libras que se repartieron en esa primera edición, se ha pasado a las 20.000 libras entregadas en premios en 2017. “Case Key” es el último ganador de esta divertida prueba.
Una respuesta a «Oro blanco: los tordos también tienen su lugar en el turf»