La clonación en caballos: mitos, realidades y futuro

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La clonación de caballos es, desde el año 2003, una realidad. Sin embargo, los casos que conocemos son todavía anecdóticos

Desde 2003 sabemos cómo clonar caballos. Sin embargo, esta técnica de reprodución apenas se ha desarrollado desde entonces. Salvo contadas excepciones, clonar un caballo sigue siendo un tema tabú. ¿Qué sabemos de la clonación? ¿Por qué no despega?

Hace unos días, el diario digital El Confidencial hablaba del negocio de la clonación de caballos en España. Y es que desde que en 1997 naciera la oveja «Dolly» la clonación ha sido un tema recurrente. Normalmente la prensa suele acercarse a esta técnica de reproducción de manera sensacionalista, con teorías apocalípticas o llamando la atención sobre el dinero que mueven las clínicas y laboratorios especializados. Sin embargo, ¿qué sabemos sobre la clonación de caballos?

La clonación de caballos: costes, eficacia y problemas

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«ET Cryozootech», clon del caballo de salto «ET FRH» | Fuente: Shelbourne Farm

Ante todo debemos saber que la clonación de caballos es un proceso complejo, caro y muy complicado. El éxito, en ningún caso, está asegurado. Por ejemplo, «Idaho Gem», el primer equino clonado, fue precedido por 800 intentos previos. 800 embriones fallidos para encontrar el éxito.

Actualmente, se trabaja con un porcentaje de 50% de éxito. Una moneda al aire. Sin embargo, la clínica Kheiron defiende que con su método (sacan el material genético de células de médula ósea) los casos de éxito se elevan al 95%.

El coste, además, es muy elevado. Una clonación supone un desembolso cercano a los 100.000 euros. Quien quiera clonar a su caballo no se encontrará, por otro lado, mucha oferta en el mercado. En España, la única empresa que opera (al menos oficialmente) es «Embryotools». Fuera de nuestras fronteras, el labotatorio francés Cryozootech es, probablemente, la clínica más famosa.

La incertidumbre sobre la operación, unida a su coste, son dos de los principales hándicaps que tiene la clonación, pero no es el único. La gran mayoría de los studbooks (las asociaciones que gestionan las distintas razas de caballos) no aceptan la clonación (aunque bien es cierto que, cada vez más razas, se abren a esta opción). Así, un caballo clonado, no podrá inscribirse como caballo de estas razas y, por tanto, pierde valor como futuro semental o yegua. El PSI (Pura Sangre Inglés) o el PRE (Pura Raza Español) son dos claros y cercanos ejemplos.

Y es que los organismos e instituciones hípicas no son proclives a permitir la clonación. No en vano, hasta el año 2012, la FEI (Federación Ecuestre Internacional) no permitía la participación de caballos clonados en sus competiciones.

Debemos tener en cuenta, además, que la genética no lo es todo para triunfar. La doma, alimentación, carácter o, simplemente, suerte, son factores muy importantes para que un caballo llegue arriba. La clonación sólo nos asegura que el ejemplar tendrá los mismos genes que el caballo clonado, pero no nos garantiza que nuestro potro desarrolle las características que hicieron triunfar a su «hermano». Si clonamos, por ejemplo, al multicampeón «Big Ben» tendremos un potro con su misma morfología para saltar grande; pero no podemos asegurar que su cabeza, corazón o capacidad para aprender se transmitan.

¿Cómo se clona a un caballo?

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Este mulo, de nombre «Idaho Gem» es el primer equino clonado | Fuente: Phil Schofield / Universidad de Idaho

El proceso, en síntesis, se produce de la siguiente manera. Primero se obtiene un óvulo maduro. A este óvulo se le elimina la carga genética y, posteriormente, se introduce la carga del caballo que queremos clonar. Esa carga genética suele obtenerse de un trozo de piel (llamado fibroblastos) aunque actualmente la técnica más fiable (desarrollada por el laboratorio argentino Kheiron) usa médula ósea. Una vez completada esta operación, el óvulo se introduce en una yegua de vientre que será la encargada de albergar al embrión en su seno hasta su nacimiento.

La técnica es compleja y muy costosa. Necesitamos no sólo el material genético del caballo a clonar y un potente laboratorio, sino, además, buenas yeguas de vientre para albergar al potrillo.

Uno de los mitos más divulgados sobre la clonación dice que dos clones son exactamente iguales. Esta afirmación es falsa. Si nos fijamos en el castrado “ET FRH” y en su clon “ET Cryozootech” veremos que el cordón de la cara es distinto en ambos caballos. ¿Por qué? Aunque ambos animales tienen el mismo genotipo, el fenotipo (cómo se manifiesta el genotipo) puede variar. Eso hace que dos caballos clones no sean exactamente iguales y puedan presentar manchas o colores distintos. El caso más extremo sería la clonación de un caballo pinto, cuyo clon no tendría por qué presentar el mismo patrón.

Otro famoso mito nos dice que los caballos clonados viven menos porque sus células son más “viejas”, ya que su carga genética es más antigua. Los científicos creen que la “edad” de las células se encuentra en una parte del cromosoma llamado “telómero”. Aunque en la oveja “Dolly” sus telómeros tenían una longitud menor de la normal (es decir, indicaban más años) para su edad, al estudiar los telómeros de otros animales clonados, este patrón no siempre aparece. De hecho, se han encontrado animales clonados con telómeros más cortos en algunas partes de su cuerpo y otros telómeros con una longitud normal para su edad en otras partes.

Primeros clones, clones famosos y estado actual de la clonación

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La haflinger «Prometea», primer caballo clonado de la historia | Fuente: Daily Mail

La primera clonación equina exitosa se produjo el 4 de mayo de 2003. Ese día nació «Idaho Gem», una mula macho. Unos meses después, nacerían dos clones más de este ejemplar. El mulo «Idaho Gem», desde su nacimiento, fue estudiado con lupa y sometido a múltiples chequeos y análisis cada pocas semanas para detectar posibles enfermedades o anomalías. Sin embargo, el pequeño mulo creció sin problemas, como cualquier otro equino.

20 días después, el 24 de mayo de 2003,  nacía en Italia «Prometea», una potrilla haflinger y primer caballo clonado de la historia. Este mismo equipo de científicos fue contratado por Cryozootech (compañía fundada por Eric Palmer en 2001) y, en 2005, consiguieron clonar a «Pieraz», famoso caballo de raid. «Pieraz» inició la línea de clonación más explotada hasta el momento: la clonación de caballos top de deporte castrados con fines reproductivos.

«Murka’s Gem», clon del caballo de saltos «Gem Twist» ejerce como semental | Fuente: Stallion AI Services

Así, en 2006, nació «ET Cryozootech», el caballo clonado más famoso hasta el momento. «ET Cryozootech» es un clon del caballo de salto «ET FRH». «ET FRH», bajo la monta de Hugo Simon (jinete francés) alcanzó el éxito a finales de los años 90: dos veces campeón de la Copa del Mundo, medalla de plata en unos Campeonatos de Europa y cuarto en unos Juegos Olímpicos, entre otros logros, se acumulan en el palmarés del caballo alazán. El propio Simon, junto a Eric Palmer, gestionó la clonación de su crack alazán. Hoy en día «ET Cryozootech» ejerce como semental y, a sus 13 años, sigue vivo y sin problemas de salud. Varios hijos de «ET Cryozootech» compiten a distintos niveles sin problemas aparentes.

Otro caso curioso es el del PSI tordo «Gem Twist». Nacido en 1979, el hijo de «Good Twist» fue doble medalla de plata en Seúl’88 y mejor caballo en los Juegos Olímpicos de Estocolmo’90. Aunque «Gem Twist» falleció en 2006, su ADN fue congelado y guardado en el laboratorio Cryozootech. En el año 2008 nació «Gemini», el primer clon de «Gem Twist» y, posteriormente, en 2011, vio el mundo el macho «Murka’s Gem»; caballo que, actualemente, ejerce como semental en Reino Unido. Por lo tanto, «Gemini» y «Murka’s Gem» son los primeros caballos clonados de un caballo muerto.

En 2014 se alcanzaba otro hito con el nacimiento de «Air Ratina Z», hija de los caballos clonados «Air Jordan Alpha Z» (clon del famoso caballo de saltos «Air Jordan») y «Ratina Gamma Z» (clon de la yegua «Ratina Z»).

«Pieraz», «ET FRH», «Gem Twist», «Air Jordan 4» o el campeón de doma «Rusty» (quien tiene dos clones nacidos en 2012) comparten una misma característica: son castrados. Y ésta parece ser la única alternativa económicamente viable para la clonación hoy en día: obtener la genética de caballos campeones que no pueden ejercer como sementales.

El polo, un oasis en el desierto

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El jugador de polo Adolfo Cambiaso y los 6 clones de «La Dolfina Cuartera» | Fuente: Alan Meeker

La disciplina de polo es la única excepción a la regla y el único paraíso para la clonación. En las competiciones de polo es habitual ver a caballos clonados compitiendo al máximo nivel. En el año 2010, se pagaron 800.000 dólares por un clon de una yegua de polo.

La relación entre polo y clonación nace en 2007 en Estados Unidos, cuando nacen «Show Me» y «Shawnee», clones de la yegua «Sage». La noticia llegó a Argentina, país de gran tradición en polo y, tras varios intentos fallidos, en 2010 el laboratorio Crestview Genetics traía al mundo a un clon de «Silvina Luna». Detrás de este laboratorio se encuentra, entre otros, Adolfo Cambiaso, jinete de élite de polo y claro responsable del auge de la clonación en este deporte.

En el mundo de la clonación y el polo tenemos que señalar dos fechas importantes, ambas relacionadas también con Cambiaso. En el año 2013, el jinete argentino debuta al clon «Show Me» en una de las pruebas de la triple corona. Posteriormente, en 2016, Cambiaso vuelve a ser noticia al alinear, en un mismo partido, a seis clones de su yegua «La Dolfina Cuartera». 

La clonación es, en Argentina, una realidad aplastante. De hecho, hoy en día, los hijos de los caballos clonados alcanzan precios similares a los hijos de los caballos originales.

¿Cuál es el futuro de la clonación?

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«Air Jordan Alpha Z», clon de «Air Jordan 4» es uno de los clones más fructíferos. Como semental, ya tiene hijos saltando en pruebas internacionales y es, además, padre de «Air Ratina Z», primer caballo hijo de dos clones | Fuente. Zangersheide

La clonación parece destinada, al menos al momento, a nadar más cerca de la ciencia ficción que de la realidad. A todos los problemas ya mencionados (coste, incertidumbre, negativa de los studbooks…) hay que sumarle el rechazo social.

El miedo a «jugar a ser dioses», la negativa de los ganaderos (cuyo modo de vida se vería en peligro) y los pocos datos que tenemos sobre los efectos negativos de la clonación son grandes problemas que impiden el desarollo de esta técnica.

En el año 2015 se contabilizaban unos 400 caballos clonados en total y unos 75 nacimientos al año por lo que, siguiendo esa progresión, actualmente tendríamos algo más de 600. Argentina, potencia mundial en esta técnica, tiene unos 15 nacimientos al año. A la clonación le cuesta arrancar y asentarse como una opción.

¿Cuál es el futuro de esta técnica? En el corto y medio plazo, no parece que vayamos a vivir muchas novedades. El auge de las técnicas de reproducción asistida han multiplicado los cruces y descendientes de los sementales más famosos de doma y salto, por lo que es sencillo encontrar un cruce muy similar al de ese caballo castrado que podríamos clonar. Los criadores, como hemos comentado, son reacios a usar estas técnicas y los jinetes tampoco parecen querer un caballo clonado.

Sin embargo, en un futuro sí podríamos vivir un auténtico ataque de los clones. Una mayor inversión en investigación y/o un auge de esta técnica pueden disminuir considerablemente el coste y riesgo de clonar a un caballo; por lo que la clonación podría ser, en unos años, una opción tan común como el semen refrigerado o la transferencia de embriones.

 

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