
La amazona Lis Hartel logra, junto a su caballo «Jubilee», pasar a la historia como la primera mujer en conseguir una medalla olímpica en una disciplina hípica, concretamente en Doma Clásica.
En los Juegos Olímpicos, los civiles no podían participar en las pruebas hípicas. En la primera disciplina donde podrán hacerlo, y por tanto, también las mujeres, será en Doma Clásica en el año 1952. Hasta este momento estaba reservado a los militares. En esta primera oportunidad, Lis logrará subir el pódium.
Lis Hartel nace el 14 de marzo de 1921 en Copenhague (Dinamarca) y desde niña se interesa por los caballos y la hípica. Destaca por sus habilidades naturales y empieza a entrenar con el jinete profesional Gunnar Andersen.
A sus 20 años, ya es una amazona que sobresale en los campeonatos de su país. Pero con 23, una enfermedad, le condiciona (o no) su futuro deportivo. Contrajo la polio, produciéndole dificultades en los movimientos de sus extremidades, pero sobre todo de las rodillas para abajo. Necesitó de tratamientos especiales para recuperar algo de movilidad, y su destino como amazona estaba parado.
Sin rendirse, decide volver a la competición, y logra en 1952, su ansiada medalla de plata en doma, con su caballo «Jubilée». Se convierte en la primera mujer en conseguirlo en una modalidad hípica. La cita es en Helsinki (Finlandia) y su presencia sorprende a los asistentes ya que va acompañada de dos ayudantes para algo que, a priori, no necesitaría ningún jinete olímpico, que es, subirse al caballo. El ganador de la medalla de oro, el sueco Henri Saint Gyr, la ayudó a bajar del caballo y fueron juntos hasta el podio.

Fue campeona de su país en seis ocasiones y ganó una segunda medalla olímpica en 1956. Cuando se retiró, creó la Fundación Lis Härtel, dedicada a la ayuda y mejora terapéutica con caballos de personas con discapacidad.
Fallece en 2009, dejándonos un legado de deportividad y superación, y pasando a la historia como la primera mujer medallista olímpica en una modalidad hípica.