Morgan Wagner y «Endo», una historia de superación

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El apaloosa «Endo» está totalmente ciego. Gracias a su amazona Morgan Wagner, ahora compite en la disciplina equitación de trabajo | Fuente: Wide Open Pets

«Endo» es un caballo de raza apaloosa de 13 años de edad. Hace unos meses «Endo» se quedó totalmente ciego, pero Morgan Wagner, su propietaria, decidió darle una oportunidad. Hoy fascinan al mundo entero con sus pruebas.

Cuando Morgan Wagner tenía 13 años su abuela le prometió regalarle el caballo que quisiera. La joven de Oregón (EEUU) eligió a un potrillo apaloosa de apenas unos meses de nombre «Endo».

«Endo» fue creciendo y Morgan, que apenas había dado algunas clases de equitación y de doma clásica en su vida, tuvo que aprender y enseñar a «Endo» como ser un caballo: desde colocar una cabezada hasta andar del ramal, estarse quieto al montar… Morgan era una auténtica autodidacta y, la verdad, no les iba mal.

Todo cambió hace unos 5 años, cuando «Endo» contaba con 8 años de edad. Desde hace tiempo Morgan se había fijado que los ojos de «Endo» lloraban con mucha frecuencia (especialmente en verano) y que el caballo tenía claras molestias. Aunque la joven hacía lo posible por ayudar a su amigo (le limpiaba los ojos a diario, sólo le sacaba de noche…) el problema era evidente y un día Morgan decide llamar a un veterinario.

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Morgan enseñando a «Endo» a hacer una levada | Fuente: Facebook «Endo the Blind»

El diagnóstico heló la sangre a Morgan: «Endo», su caballo, padecía ERU (Equine Recurrent Uveritis), conocida en los países de habla hispana como Uveitis Recurrente Equina. La Uveitis es la causa más común de ceguera en los caballos. Consiste en una serie de procesos de inflamación de la úvea hasta causar la ceguera. Esta enfermedad se da con cierta frecuencia en los apaloosas, la raza de «Endo».

Aunque Morgan hizo lo imposible por ayudar a su amigo, la enfermedad avanzaba y el pasado año el ojo derecho de «Endo» se rompió. El dolor era tal que «Endo» no podía ni masticar. El veterinario reconoció a Morgan que «Endo» nunca volvería a ver por ese ojo por lo que la amazona decidió operarle para extirparle el ojo.

Para «Endo» esto fue un shock: el caballo temblaba y no se quería mover. Morgan pasó toda la noche junto a él, intentando tranquilizarle. Los dos amigos, además, tenían que recuperarse pronto de este golpe: el diagnóstico del ojo izquierdo de «Endo» no era mejor y es probable que lo perdiese en el corto plazo.

Morgan decidió salvar al caballo y darle una segunda oportunidad. La propia Morgan está enferma de lupus y ella mejor que nadie sabe lo que es tener que vivir con una enfermedad. Así que la joven amazona empezó a entrenar a «Endo» para lo que venía. Un buen día sacó a su caballo y le colocó una venda en los ojos: «Endo» estaba aterrado, temblando, y no se movía. Morgan insistió hasta que el caballo movió una pata, dio un tranco y, entonces le dejó. Poco a poco «Endo» aprendió a moverse con la venda en los ojos.

Y, pasados seis meses, llegó el fatídico día: «Endo» tuvo que ser operado del ojo izquierdo. El caballo se quedó totalmente ciego.

«Endo» saltando en un concurso de equitación de trabajo | Fuente: IHeartHorses

La ceguera, sin embargo, no parecía un hándicap para «Endo». Morgan se encargó de ello. La joven encontró a «Cinnamon», una pequeña poni maltratada sin hogar, que se convirtió en el poni-guía de su apaloosa. «Endo» vive con «Cinnamon» y es ella quien ayuda a «Endo». Además, el caballo es capaz de encontrar solo el agua y el heno, así como evitar obstáculos como paredes, árboles o vallas… Morgan cree que «Endo» ahora se guía por su olfato y su oído.

Morgan, mientras tanto, ha seguido entrenando a «Endo» y, actualmente, ambos compiten en la exigente disciplina de equitación de trabajo. Este deporte, de origen español y portugués, consta de unas pruebas donde se comprueba la doma y manejabilidad de caballo y jinete. Inspiradas en los trabajos del campo, el binomio tiene que saltar, doblar sobre barriles, realizar ejercicios de doma clásica, pasar puentes o bordear barras en el suelo… y «Endo» es capaz de hacerlo guiado, simplemente, por Morgan. Tal es la confianza que tiene el caballo en su amazona que, por ejemplo, el caballo se niega a galopar si no está Morgan cerca.

Hace pocas semanas, «Endo» (quien ya cuenta con una legión de seguidores en redes sociales) saltaba a la fama. Ahora, el mundo entero mira al caballo que, sin ojos, se guía sólo por la confianza (ciega) hacia Morgan.

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