“Northern Dancer”, el jefe de raza canadiense (II): un semental de leyenda

Fuente: Pinterest

En el anterior artículo, conocimos la carrera como competidor del pequeño pero forajido “Northern Dancer”. Tras ser retirado por una lesión, el caballo canadiense pasaría a la yeguada donde construiría un imperio que, a día de hoy, se mantiene intacto.

Tras romperse en un entrenamiento, “Northern Dancer” se despidió de la competición a los tres años, no sin antes recoger los flamantes títulos de Campeón de 3 años (Estados Unidos), Campeón de 3 años (Canadá), Caballo del Año (Canadá) y Atleta del Año (Canadá). Además, esa temporada marcó un impresionante 128 en Estados Unidos y un estratosférico 132 en Canadá.

Y es que los números de “Northern Dancer” son difícilmente alcanzables: 14 victorias sobre 17 carreras. Nunca quedó más atrás del tercer puesto en una carrera. Y sus resultados reportaron a sus responsables 580.000 dólares de la época.

Tumba de Northern Dancer en su Oshawa natal | Fuente: The Osawa Express

Con esta carta de presentación, “Northern Dancer” pasó al haras como una bonita promesa. No obstante, su alzada seguía siendo un pequeño gran hándicap. De hecho, sus responsables tuvieron que habilitar un ingenioso sistema de rampas para que el semental pudiera montar a las yeguas de mayor estatura.

En aquel 1968, “Northern Dancer” cubrió 35 yeguas al precio de 10.000 dólares; consiguiendo 21 vástagos. Su primera potrada debutó en 1967, consiguiendo un impresionante 47,60% de victorias sobre corredores y alcanzando “Virreinal”, su mejor descendiente, el título de caballo del año en Canadá.

Los responsables del pequeño caballo albergaban grandes esperanzas para la temporada siguiente, la de 1969. Sin embargo, los buenos números del año anterior no se repetirían. “Northern Dancer” sólo consiguió poner 4 ganadores en pista. Pero el caballo canadiense sacrificó la cantidad en pos de la calidad. Pues entre esos cuatro descendientes se encontraba el mítico “Nijinsky” (ganador de la triple corona británica).

“Nijinsky” venciendo en el Epsom Derby de 1970 | Fuente: Dennis Oulds / Central Press / Getty Images

El éxito de “Nijinsky” eleva a “Northern Dancer” a la categoría de leyenda y, en 1970, es sindicado por la cantidad de 2,4 millones de dólares. Sus accionistas conseguían, además, ciertos derechos sobre sus montas. Por ello, muy pocas cubriciones se ofrecían de manera pública y el precio de estas cartas subió como la espuma.

Si “Northern Dancer” empezó a cubrir al interesante precio de 10.000 dólares en 1965, seis años después ya lo hacía por 25.000. En 1978, sus montas llegaron la cifra de 50.000 dólares y, dos años después, alcanzaron los 100.000 dólares por cubrición. En 1981, un ganadero debía abonar 150.000 dólares si quería que su yegua visitase a “Northern Dancer” y, en 1982, aquel derecho ascendía a 250.000 dólares. El último año que el campeón cubrió de manera pública fue 1984, cuando sus responsables pedían 500.000 dólares por sus servicios.

Además, entre 1984 y 1987 (último año en activo del semental) los derechos de cubrición de “Northern Dancer” se negociaban de manera privada. Aunque no existe confirmación oficial, algunas fuentes señalan que el pequeño castaño servía al precio de un millón de dólares.

Sea verdad o leyenda, lo que sí está documentado es la oferta de cuarenta millones de dólares que recibieron sus responsables en 1981, cuando el animal contaba ya con la nada desdeñable edad de 20 años. Oferta que fue rechazada de pleno.

“Sadler’s Wells”, otro auténtico jefe de raza | Fuente: Summerhil Stud

Y es que las cifras estratosféricas de sus cubriciones estaban más que justificadas por los resultados de sus vástagos. “Northern Dancer” engendró 645 descendientes, de los cuales 411 pasaron por ganadores (63,700%) y 147 fueron ganadores clásicos (22,80%). Todo ello le convirtió en el semental líder en Estados Unidos en 1971 y 1977 y en Reino Unido e Irlanda en las temporadas de 1970, 1978, 1983 y 1984.

Entre 1974 y 1988, los descendientes de “Northern Dancer” alcanzaron el precio más alto en distintas subastas de Estados Unidos hasta en 12 ocasiones. En 1984, sus 12 yearlings más caros se vendieron por 3,5 millones de dólares (unos 8,5 millones actuales). Sus 174 principales descendientes se vendieron por unos 160 millones de dólares.

De hecho, “Northern Dancer” puede decir orgulloso que ha engendrado a algunos de los caballos más caros de la historia. Concretamente, a “Snaafi Dancer” (10,2 millones), “Imperial Falcon” (8,25 millones) y “Jareer” (7,1 millones). Curiosamente, ninguno de estos tres caros potrillos fueron grandes corredores.

Todos los participantes del Derby de Epsom de 2018 descienden directamente de “Northern Dancer” | Fuente: Bob Martin for the jockey / Rex

1987 sería el último año en el que “Northern Dancer” ejerció como semental. Unos problemas cardíacos, sumados a su artritis, pusieron fin a su etapa como padrillo. Sus responsables negociaron una cláusula especial con los dueños de Windfields Farm, la finca donde nació en Ontario (Canadá), por la que el caballo permanecería de por vida en sus verdes praderas, aunque Windfield Farms cambiara de manos.

El 15 de noviembre de 1990, un cólico severo ponía en jaque la salud del caballo. Sus responsables decidieron no someterle a una operación, habida cuenta de su avanzada edad y, un día más tarde, era sacrificado. Los restos del caballo fueron transportados en una ataúd de roble creado ad hoc para él cubierto con una de las mantas que ganó en su etapa como corredor.

Desgraciadamente, al tumba de “Northern Dancer” permaneció descuidada durante años, sin limpieza y cubierta de hierbajos. En 2018, Ontario decide incluirla en su Ley de Patrimonio y, usando unos fondos locales, adecentan la zona para honrar al que, probablemente, haya sido su mejor embajador en el mundo.

El mediático “California Chrome” presenta un inbreeding de 4×5 sobre “Northern Dancer” | Fuente: The Associated Press

Y es que hoy en día no puede entenderse la cría del purasangre sin “Northern Dancer”. En 1990, el New York Times lo nombró el progenitor más dominante del PSI. El pequeño canadiense aparece en todos los árboles genealógicos de los mejores caballos del planeta. Por ejemplo, el triple coronado “American Pharoah” tiene un inbreeding de 5×5 sobre él. “California Chrome” presenta un 4×5 y el mítico “Tapit”, un 3×5.

“Northern Dancer” aparecía en todos y cada uno de los pedigrees de los participantes de la edición de 2018 del Kentucky Derby. Y, según estudios, el canadiense está presente en el 35% o 40% de los orígenes de todos los ganadores de Stakes en Estados Unidos. En Europa, esa influencia sube hasta el 60%. Es decir, más de la mitad de los ganadores de grupo europeos descienden directamente de “Northern Dancer”.


Con todo ello, “Northern Dancer” atesora 36 títulos de mejor semental europeo; bien sea directamente o bien sea a través de sus hijos o nietos (destacando, claramente, “Galileo”). El reinado de aquel pequeño caballo castaño es tal que absolutamente todos los ganadores de la estadística de sementales en Reino Unido desde 1990 a la fecha son descendientes de este animal. Y todos los derby winners, entre 1998 y 2011, también lucían el nombre de “Northern Dancer” en su árbol genealógico. En total, “Northern Dancer” ha dado, directa o indirectamente, 29 ganadores del Derby de Epsom.

“Galileo”, un auténtico jefe de raza, desciende de “Northern Dancer” | Fuente: Coolmore América

Entre sus hijos más famosos destaca el ya mencionado “Nijinsky” o los ganadores “Lyphard”, “Northernette”, “The Minstrel”, “White Star Line”, “Nureyev”, “Storm Bird”, “Lomond”, “Shareef Dancer”, “El Gran Senor”, “Sadler’s Wells”, “Northern Trick”, “Secreto”, “Ajdal”… Y, si pensamos en sus nietos o bisnietos, este artículo no acabaría nunca (“Galileo”, “High Chaparral”, “Motivator”, “New Approach”, “Sea the Stars”, “Camelot”, “Australia”, “Golden Horn”…).

El monopolio de “Northern Dancer” ha hecho plantearse a algunos especialistas si la explotación y exceso de uso de sus líneas podría afectar a la calidad de los purasangres. De momento, no hay estudios que apoyen o refuten esta hipótesis. Pero sí parece que, precisamente, un semental de líneas “Northern Dancer” funciona mejor con yeguas también descendientes del mítico semental que con aquellas hembras que no tienen al canadiense entre sus ancestros.

Queda ya muy lejano aquel día de 1962 cuando un apenado Taylor introducía en su camión, de nuevo, a aquel potro de 1,42m tras no encontrar comprador. Lo que Taylor no sabía, mientras ponía rumbo a su finca en Ontario, es que acababa de empezar a rodar la mayor leyenda del turf jamás vista.

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